El compliance o cumplimiento normativo es, sin duda, un término jurídico “de moda”. No obstante, no es una moda pasajera, sino que “ha venido para quedarse”.
El cumplimiento normativo es, en primer, lugar una directriz u opción estratégica de las empresas, que asumen el compromiso integral de desarrollar políticas, procedimientos, protocolos y actuaciones tendentes a garantizar que sus gestores, sus directivos, su personal e, incluso, sus colaboradores y proveedores de bienes y servicios cumplan con el marco normativo aplicable en cada caso.